miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Cómo conquistar a nuestros alumnos?

La formación es uno de los pilares fundamentales en el tiempo libre, la educación no formal ofrece todo tipo de acciones formativas, desde cursos monográficos, como cursos de monitor y coordinador de tiempo libre. Me gustaría plantear la cuestión de: ¿cómo conquistar a un alumno / alumna en nuestros cursos?

Puede que con el tiempo nos hayamos acostumbrado a ofrecer cursos en los que aceptamos la existencia de un determinado porcentaje de errores, porque entendemos que esos errores entran dentro de lo normal. Dar 10 minutos de margen al comienzo o al final de una sesión, admitir la ausencia de varios alumnos, tener un tanto por ciento de alumnos insatisfechos, y sobretodo que sea habitual el “no pasa nada”.

Propongo varias medidas a aplicar a las sesiones formativas en nuestras entidades:

- Introducir mecanismos de mejora sistemática y mejora continua. No quedarnos en la situación cómoda de pensar, “lo he hecho bien, por qué no va a funcionar siempre así”. Tenemos que implantar sistemas de evaluación y recogida de datos para verificar la satisfacción de nuestros alumnos. Y a partir de ellos valorar lo positivo y trabajar para mejorar lo negativo. Aprender a trabajar en el Ciclo de mejora continua.
 
- No conformarnos con lo que es suficiente. Si ofrecemos el mínimo estándar en nuestros cursos, la satisfacción de los usuarios será su reflejo: mínima estándar. No puedo quedarme simplemente en el objetivo de cubrir las necesidades del curso: un profesor bueno, unos apuntes óptimos, un título que llame la atención, unas buenas instalaciones. Estos indicadores son el mínimo que pide un alumno cuando realiza un curso, debemos ofrecer más y mejor.

- Crear expectativas. Generar las respuestas que los usuarios están buscando para realizar una acción formativa, trabajar la publicidad de los cursos. La primera idea del usuario que se interesa por nuestros cursos va a ser la que se quede en su pensamiento. Debemos crear ganas de más, ganas de realizar el curso con nuestra entidad y no con otra.

- Dar más de lo que se espera. El alumno llega con una idea inicial al curso, con unas expectativas, debemos cubrir esas expectativas y sobrepasarlas. Trabajar sobre la cuenta emocional del alumno, desde el saldo inicial de expectativas con el que llega cada usuario, debemos ganarnos al alumno cubriendo sus necesidades y superando sus expectativas.

- La relación con el alumno no debe terminar una vez concluido el curso que ha realizado, debemos continuar con un proceso de fidelización del alumno. Mantenerle informado de las acciones que le puedan interesar, enviar convocatorias que le resulten atractivas, y no perder el contacto con las personas.

- Conquistar a nuestros alumnos. No hay mejor publicidad para una entidad que un alumno conquistado, un alumno que quiera repetir un curso con nuestra entidad porque es un curso de nuestra entidad.

Acabar un curso con todos los alumnos satisfechos no es fácil, pero debemos tender a ofrecer acciones formativas de calidad, en la que no solo primen los valores de siempre, sino que se pretendan lograr esos valores intangibles para así ganarnos a nuestros alumnos.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Fabricando un Líder

En el trabajo de educador, de monitor de tiempo libre o simplemente en el trabajo con jóvenes en general, estamos ejerciendo de forma activa el papel de líderes con nuestros destinatarios. Cualquier persona puede ser un líder, pero también hay que aprender a serlo.

La juventud y la sociedad en general está viviendo una crisis de liderazgo, sin nadie a quien seguir. Precisamos de líderes sólidos y auténticos, y mucho más de líderes que trabajen para la juventud.

En un post anterior hablábamos del Líder con Vocación de Servicio, como modelo de líder referente para los jóvenes, señalando las cualidades que debemos seguir para ser buenos líderes. Pero para ser un líder precisamos recorrer un camino y recorrer unos pasos:

Tener la necesidad de seguir creciendo. Sabemos cómo hacemos las cosas, pero puede que se puedan hacer de otra forma, pon los medios para aprenderlo.
Los educadores que llevamos trabajando muchos años podemos caer en el error de seguir trabajando con las técnicas que aprendimos cuando empezamos nuestra carrera. Es un grave error. Reciclarse, arriesgarse, probar, aprender. Un líder necesita crecer cada día.

Conocerse a sí mismo. El proceso de conocerse dura toda la vida, pero el líder debe tener claro no solo quien es, sino quien quiere llegar a ser. Para ejercer el liderazgo sobre las personas, el líder debe hacerse cargo de su responsabilidad para con los demás y ejercerla.

Trabajar con los demás no es lo mismo que tener carisma. El líder debe generar confianza entre sus seguidores. El carisma se trabaja a base de constancia, de presencia, de congruencia en todos los actos y sobre todo, de ganarse a la gente de nuestro alrededor en el día a día.

Disfrutar del viaje aprendiendo en cada parada. Un líder debe ser auténtico y hacerse consciente de lo que puede aprovechar en cada momento. Ser consciente de la situación en la que nos encontramos y sacar el máximo rendimiento a cada proceso. Aceptar y aprender de los errores y de los éxitos.

Transmitir optimismo, fe y esperanza. Dentro de la misión de un líder está influir en los sentimientos positivos de sus seguidores, de los que trabajan junto a él. Y los sentimientos positivos hay que aprender a contagiarlos, en el proceso de formarse como líder hace falta ir contagiando esperanza, ilusión por el proyecto y optimismo ante las actuaciones.

Ten siempre clara tu visión. Cada líder tiene que tener una visión sobre las metas de su empresa y nunca perderla de vista. Con cada proyecto trabajado, con cada usuario con el que se interviene el sueño tiene que estar siempre de fondo. Sin visión no hay líder.

Un líder no nace, se tiene que ir haciendo. Ser líder es un camino de responsabilidad que hay que elegir y aprovechar.