Me había prometido no escribir sobre la crisis, sobre los problemas de la sociedad actual y sobre la situación que estamos viviendo, pero no quería dejar de dar mi punto de vista y exponer en unas líneas las que son las verdaderas razones que nos han llevado al punto en el que nos encontramos, y mi opinión es que estamos en la situación en la que estamos en gran medida por una crisis de referentes.
Una de las palabras o ideas que más se repiten en el ámbito de la educación no formal, del tiempo libre o de la intervención social, es la palabra referente. Todo proceso de acompañamiento, de intervención personal o grupal, incluso de animación, coincide en una idea, la idea de referente.
Referente es definido por la RAE como “término modélico por referencia”, por lo que de esta simple definición podemos decir que referente en el ámbito de la educación, puede ser aquella persona o personas, que bien en un momento determinado o bien en el desarrollo de un proceso, son modelos de conducta, guías de actuación, fuentes de destino.
Como educador intento llegar a las personas con las que interactúo, intento llegar y educar a través de mi forma de ser, de mi forma de relacionarme y lo más importante por mi forma de vivir.
En edades tempranas, niñez o pre adolescencia, el monitor de tiempo libre es referente por la visión idealizada del niño sobre la figura del monitor, le imitan en lenguaje, en el vestir, en el hacer,.. Y esa referencia bien construida puede ser una gran herramienta en la educación, ya que a través de los valores que se viven y se transmiten, también estás educando.
Mi gran duda llega en el momento en el que ni la juventud ni la sociedad cuentan con esos referentes tan claros. El referente que educa a través de su forma de vivir es difícil de encontrar en esta sociedad, por lo tanto, mi pregunta es: si no tenemos modelos a los que seguir, ¿cómo vamos a tener valores que aprender, actitudes que cambiar, conductas que mejorar?
Vivimos una época en la que las noticias que nos invaden son de índole negativo, falta de honestidad, promesas que sentimos incumplidas, líderes a los que ya no se cree nadie, valores totalmente deteriorados, y los niños y jóvenes crecen con ello, están madurando como si esto fuera normal.
Miremos donde miremos las palabras que nos llegan son corrupción, mentira, desfalco, crisis, y nos cuesta encontrar personas que estén por encima de ello, a personas de referencia en esta sociedad tan loca. Personas auténticas por sus valores y por su vida.
Los educadores debemos apostar por ser modelos saludables. Apostar por ser referentes. Los educadores debemos convertirnos en modelo de las personas a través de nuestra vida, siendo auténticos y educando desde el vivir.
Liderar un cambio a mejor está en nuestras manos.